Roques propone una sugerente travesía por los bosques del mundo paraexplorar el complejo vínculo entre el ser humano y los árboles, lasfronteras entre el mundo salvaje y la civilización. Dominique Roquesha estado siempre inmerso en la naturaleza. Cuando fue leñador, en sujuventud, vivió rodeado de árboles, aprendió a amarlos y a impregnarse de sus aromas. Después, a lo largo de más de treinta años comobuscador de recursos naturales para la industria del perfume, hadesarrollado una profunda conciencia sobre el vínculo entre losárboles y la humanidad, y sobre cómo hemos deforestado nuestroplaneta. El autor presenta un viaje extraordinario por los bosques del mundo para contar la historia de ese vínculo milenario, sublime,trágico y contradictorio. Con gran habilidad narrativa, entrevera eneste recorrido, erudito y poético a la vez, una serie deconocimientos, curiosidades y experiencias personales relacionados con los árboles en distintas culturas y épocas. Así, nos habla del cedrodel Líbano que taló el rey Gilgamesh, los bosques de hayas europeos yel oficio de carbonero, el bosque de secuoyas gigantes de California,un santuario que preserva el tesoro que sobrevivió a la más despiadada explotación forestal del siglo pasado, o el palo santo del Paraguay,cuya salvación esté, quizás, en el perfume que emana de su maravillosa madera azul. En El aroma de los bosques, Roques afirma que, mientrasel hombre pasa por la Tierra un breve instante, los bosquesrepresentan la eternidad, al destruirlos, la humanidad se pone enpeligro.