Parece haber acuerdo en que los periodistas escriben mal y que a ellos hay que hacer responsables de los males que sufre el idioma. Muchos de los que trabajamos en las Facultades de Ciencias de la Información o Facultades de Comunicación disentimos parcialmente de esta opinión y por ello seguimos en la tarea dificultosa pero relevante de enseñar Lengua Española en esas facultades. Enseñanza no exenta de problemas, pues si bien la disciplina aparece consolidada en las Facultades de Filosofía y Letras, en éstas, más jóvenes y con un estudiantado bastante peculiar, busca aún sino su estatuto epistemológico sí su mejor camino didáctico y metodológico. En el presente volumen hemos procurado que no falte nada de lo que debe conocer un buen comunicador e informador, en cualquiera de las tres especialidades que elija para serlo: Periodismo, Comunicación Audiovisual o Publicidad y Relaciones Públicas. Los enfoques de los temas pueden ser diferentes, pero el núcleo de la enseñanza es unitario: recogemos lo que de prescriptivo es necesario y lo que no debe evitarse en la descripción, pero se intenta que el manual sea, sobre todo, ocasión de reflexión sobre la mejor herramienta que en esta época tecnológica tiene el hombre para expresarse y comunicarse: el lenguaje.