En la madrugada del domingo 24 de marzo de 1946, sucedió en La Habanaun hecho insólito: el robo del valioso diamante indicador delkilómetro cero de la Carretera Central. Se exhibía incrustado y muyprotegido en el suelo del salón de los Pasos Perdidos del CapitolioNacional. El caso se comparó a los «trabajos» del estilo de ArsenioLupín: puertas cerradas sin forzar, no se encontraron huellas, pistasfalsas e irónicas dejadas por los ladronesLa joya provenía de la corona del zar Nicolás II, y antes perteneció a María Antonieta. Se le achacaba una maldición que acarreaba ladesgracia a su poseedor.El autor recrea el suceso real, aún sin resolver, y novela unasolución verosímil. Con una deliciosa prosa, condimenta con aliñocaribeño la mezcla de protagonistas de ficción con hechos y personajes históricos de la época, cuando en La Habana se hacía política con las ametralladoras Thompson en ristre.El cóctel lo adereza con veraces revelaciones históricas pococonocidas, incluso escondidas, a la vez que nos pasea por la hechicera ciudad de La Habana, que se nos ofrece mágica, preciosa ycautivadora.La novela captará tu atención desde el primer capítulo y no podrásdejarla hasta alcanzar el desenlace.