El sentimiento de culpa está determinado por factores sociales, culturales, religiosos, familiares y personales, y se puede producir por infinitas razones. La culpa surge cuando hacemos daño a otra persona, cuando nos avergonzamos de nuestras palabras o de nuestras conductas; o brota cuando sentimos ira y actuamos de forma perversa. A veces nos culpamos por ser manipuladores y otras por ser víctimas de manipulaciones. Nos sentimos culpables por no cumplir las expectativas de los demás o de nosotros mismos, cuando rompemos con la pareja, cuando fracasamos en nuestros proyectos o sencillamente cuando comemos mucho o poco. La culpa tiene el poder de deteriorar nuestra autoestima, nuestra paz interior y nuestra felicidad. Sin embargo, también tiene aspectos positivos. Es como un barómetro que nos ayuda a controlar nuestros impulsos, a diferenciar entre la buena y la mala conducta, a ser delicados con los demás y nos induce a subsanar los daños producidos a otros.
Laura Rojas-Marcos nos ofrece en El sentimiento de culpa una enseñanza positiva y constructiva sobre este sentimiento tan poderoso y universal. En él nos habla de las diferencias entre la culpa real y la culpa falsa así como de la importancia de superar este sentimiento tan dañino. Y nos explica de forma sencilla que para liberarnos de este peso debemos entender su origen y sus motivos, conocer nuestras habilidades para resolver conflictos, afrontar nuestra culpa, superar el resentimiento, saber pedir ayuda y aprender a perdonar a los demás o a perdonarnos.