Con la llegada de la República cambiaron muchas cosas en las relaciones entre propietarios y obreros, entre detentadores de los medios de producción y asalariados, entre amos y jornaleros, regidas hasta entonces por la prepotencia de los primeros sobre los que sólo tenían sus manos como fuerza de trabajo para mantener a sus familias. La ruptura de las normas dadas por una incipiente democracia republicana, será lo que desembocará en una guerra entre españoles, en las que, finalmente, la fuerza de las armas, con el apoyo del capital, acabaron derrotando al ejército leal al Gobierno republicano. El fin de la Guerra, con la victoria de Franco y el resto de los militares golpistas, supuso la muerte, la cárcel, la miseria y el exilio para numerosos vecinos de Fiñana, a través de los Consejos de Guerra y de los procedimientos sumarísimos instruidos a muchos de ellos, por el grave crimen de haber apoyado al Gobierno legítimo de la República, ocupar cargos públicos o haber participado en el desarrollo de algunas de sus leyes, como la Ley de Reforma Agraria u otras propias de un contexto de un país en guerra.