El 31 de agosto de 1967, una bala atravesó el cuerpo de Laura Gutiérrez Bauer, más conocida como Tania y la
única mujer en la expedición de Ernesto Guevara en Bolivia. Solo un año más tarde se supo su verdadero nombre, Tamara
Bunke Bider, y su paso previo por la Argentina, la República Democrática Alemana y Cuba, pero el misterio continuó.
¿Qué hacía en las aguas del río Grande, en el aislado y agreste sudeste boliviano? Las respuestas se dividen en dos
grandes opciones. Una hace de ella una joven comunista que descubre la luz de la doctrina cubana de la lucha armada, se
embarca en ella, al mando del propio Che, y se desempeña con sacrificio y heroicidad. La otra la sitúa como peón de una
conspiración montada por los jerarcas del comunismo de Europa del Este para frustrar la guerrilla de Ñankahuazú. En los
últimos años aparecieron varios libros, generalmente de autores cubanos, referidos a Tamara, mientras que miles de
páginas, la mayoría de las cuales son pura propaganda, pueden hallarse en la red. Por supuesto, pertenecen a autores y
protagonistas políticos afiliados a disímiles corrientes de pensamiento. La de izquierda la exalta; la conservadora la
denigra. Ninguna es inocente. Tanto joven revolucionaria como profesional pequeño burguesa, entregada amante y esposa
por deber; fría y calculadora, y desbordada en emociones. ¿Quién fue realmente?: Tamara, Laura o Tania. ¿Una sola o
tres a la vez?