Esta obra presentar dicha figura agraria per se en este libro, quiz sirva para visualizar su importancia, no s¢lo en la cultura romana, sino también en una sociedad como la nuestra en la que los hurtos tradicionales est n en gran peligro de extinci¢n ante el avance de una agresiva cultura edilicia. Como indican Cassetti y Fagiolo los espacios verdes, hist¢ricos y recientes deben examinarse como un factor y expresi¢n, a veces como modelo, de una concepci¢n del verde; de una idea de ciudad. Adem s, no hay que olvidar que desde un enfoque urban¡stico las tapias de los huertos han definido siempre la ciudad m s all del estricto sentido geogr fico. Y dado que nuestro sistema jur¡dico no confiere, a este bien inmueble urbano, calificaci¢n propia alguna de la que pudiera extraerse una regulaci¢n espec¡fica, queda a consideraci¢n de los Planes Generales de Ordenaci¢n Urbana la posible adopci¢n de medidas preventivas y/o correctoras de este desequilibrio ambiental -que en la pr ctica desgraciadamente si quieran se plantean-. M s a£n, en el Cat logo de Bienes Culturales que dispone cada comunidad Aut¢noma, los huertos-as protegidos, como bienes del patrimonio hist¢rico-art¡stico, responden a caracterizaciones arquitect¢nicas o etnol¢gicas excesivamente singulares, resultando, por tanto, un instrumento claramente insuficiente, Situaci¢n parecida, no igual, fue vivida en la Roma republicana en la que los espacios verdes (huertos y jardines) quedaban sujetos a las leyes implacables de un desarrollo urban¡stico marcado por los constructores, en una ciudad en pleno desarrollo, y que ten¡a siempre m s necesidad de espacio.