Como usted verá, este objeto que rozan sus manos es, geométricamente, sólo un prisma de papel con seis caras, en una de las cuales figura un título, La viña, la bodega y el viento; un nombre, Jesús Rodríguez; y una lámina que ilustra sobre la arquitectura de la luz. Sin embargo, cuando ese prisma se abra, porque ha dado al fin con el lector que buscaba, se producirá un prodigio maravilloso: El lugar en el que usted se encuentra se inundará de la luz de las viñas y del olor de las bodegas; podrá oír la respiración del trigo, trepidará el calor del vino por su garganta y sabrá por un roce verdadero en su propio rostro de la estirpe de los vientos que nutren las soleras y los vidueños. Además, en sus páginas descubrirá usted un campo y una bodega que ya casi no existen. Un campo, donde sus habitantes dicen palabras que ya pocos pronuncian («azarbe», «costero», «dormida», «piedras hirientes»...); y una bodega, en la que la técnica ha relegado al hombre, y han dejado de escucharse palabras o expresiones tales como «aprendizón», «ladroncillo de turbios» o «botina perulera». De ahí que este libro termine en un glosario de palabras, que busca, no sólo que el lector enriquezca su conocimiento del lenguaje, sino que esas palabras no se pierdan, como se han perdido para siempre estas faenas y estos oficios centenarios. Este libro, lector, le desvelará el maravilloso secreto de la vid y el vino. Un secreto que comienza con una propuesta transparente: «Dame silencio, tiempo y esperanza y yo te daré el fruto de mi vientre y mi sangre». Y no cuento más. Jesús Rodríguez nació en Jerez de la Frontera en 1954. Es profesor de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidad de Cádiz y abogado colegiado del Colegio de Abogados de Jerez, en donde ha ejercido como Decano. Desde hace más de quince años es articulista del Diario de Jerez y de otras publicaciones periódicas. En 2009 publicó el libro Imaginario bajo el cuidado de José Mateos y Abel Feu.