Hernando Martínez es un joven pintor segoviano que vive en tiempos de Felipe II, aunque es artista de poco talento; sujeto de niñez difícil, por señalarle todos sus coterráneos como hijo de un prebendado de la Catedral, carga con un azaroso currículo delictivo, si bien sus fechorías son de poca monta, hasta que un día un hombre misterioso, arrebujado en una capa verde, roba una de las lámparas de plata de la capilla de Santísimo, en la Iglesia Mayor, y Hernando es acusado de ser el embozado en cuestión para ser juzgado, torturado y ejecutado posteriormente, pese a sus protestas de inocencia, para general escarmiento. Pero a poco aparece el verdadero hombre de la capa verde.