En diciembre de 1931 hay ya una alternativa política para la crisis de España. La República comienza su camino como un sistema parlamentario. Hubo en junio elecciones a Cortes Constituyentes, convocadas por el Gobierno Provisional. La inestabilidad social y política, desde comienzos de siglo, parecía pedir un Gobierno fuerte. Lo formó Azaña, pero estando ausentes ausencia el Partido Republicano Radical y el Partido Progresista Republicano. Otras instituciones tuvieron que elegir entre resistir o renovar, mantener lo existente o tomar iniciativas reformadoras, o innovadoras. La Iglesia, tras la dimisión del Cardenal Segura, apostaba por la negociación con el Gobierno y por la presencia junto al pueblo. Era una actualización de lo que antes se llamó la conciliación. Algunas medidas del Gobierno Provisional y la Constitución aprobada apuntaban a una etapa conflictiva. Se negociará con la Santa Sede No será fácil con los Gobiernos, presididos por Azaña. Este libro acaba cuando parece que el conflicto descarta la conciliación.