Este libro en dos volúmenes presenta una investigación sobre la política exterior española desde 1898, el año en que España dejó de ser un imperio, hasta el comienzo de la primera guerra mundial en 1914. A pesar de la soledad y del recogimiento en que se sumió en los años posteriores a la pérdida de las últimas colonias, hubo entonces en España una política exterior que la sacó de su aislamiento y la involucró en una relación con potencias que contribuirían a que su sistema político siguiera el sendero constitucional y democrático. Fue una política de paz, una política que tenía su punto de referencia en el Occidente europeo, en Inglaterra y en Francia, los dos países que entonces defendían la libertad, una política de orientación mediterránea y atlántica. Después de una detallada exposición de los hechos históricos, el estudio de las fuentes diplomáticas y la reflexión sobre centenares de documentos conducen al autor a conclusiones más generales.