Las nanotecnologías o "tecnologías de lo sumamente pequeño"--un nanómetro es la millonésima parte de un milímetro- encierran un notable potencial de revolución tecnológica, sobre todo si las pensamos en ese marco más amplio que se viene proponiendo bajo el concepto de "convergencia de tecnologías nano-bio-info-cogno" (nanotecnologías, biotecnologías, y tecnologías de la información y el conocimiento). Se producen nuevos materiales, y se reestructuran materiales conocidos para que adquieran nuevas funciones. El carácter dúctil de estas tecnologías hace que puedan ser aplicadas en prácticamente cualquier rama de la producción, y su potencial de impacto es enorme. No obstante, existe muy poco conocimiento sobre los posibles efectos tóxicos, y las consecuencias de los materiales nanoestructurados sobre nuestra salud, alimentación, trabajo, sociedad y medio ambiente. En este terreno, como en otros, corremos un serio riesgo de que los productos lleguen al mercado sin suficiente debate previo acerca de qué tecnologías necesitamos para aproximarnos a qué clase de metas humanas... Jorge Riechmann es poeta, traductor, ensayista y profesor de filosofía moral en la UB. Es vicepresidente de CiMA e investigador en ISTAS/ CCOO.