Este libro, exponente de los últimos años de la trayectoria investigadora del profesor Rogelio Reyes al frente de la cátedra de Literatura Española de la Universidad de Sevilla, recoge algunas de sus aportaciones críticas más significativas y que mejor reflejan los diferentes campos de los que preferentemente ha venido ocupándose a lo largo de su dilatada actividad profesional en el dominio de la filología. Siguiendo una práctica muy frecuente en el mundo universitario, estos trabajos, que vieron la luz en obras misceláneas o revistas especializadas, o que no pasaron de su simple formulación oral en forma de conferencias, mesas redondas, homenajes y otros géneros de comunicación, se publican ahora con propósito unitario para ponerlos fácilmente al alcance de estudiosos, alumnos universitarios y personas interesadas en el mundo de la literatura española. Dentro de la variedad temática que el libro ofrece, en la que no faltan referencias a los textos del Siglo de Oro y a la marcada ""literariedad"" de Andalucía y de Sevilla, posee especial relieve el apasionante tema de la relación entre la creación literaria y el mundo de la locura, con incursiones en la demencia lúcida de los personajes de Cervantes, del sevillano loco Amaro o del bohemio valleinclanesco Max Estrella, contrafigura del también hispalense y ""raro"" Alejandro Sawa. Y lo mismo puede decirse de la atención prestada a Bécquer, Juan Ramón Jiménez y Luis Cernuda, tres poetas andaluces angulares para comprender el impulso lírico de la modernidad. La conexión de Bécquer con el mundo del flamenco, el aprendizaje poética de Juan Ramón en la Sevilla del ""fin de siglo"" y su visión de Andalucía como categoría ética y estética, o la admiración que Cernuda sintió por el teatro de los hermanos Álvarez Quintero ilustran algunos aspectos poco conocidos de tan relevantes figuras. Interesado también por la actualidad literaria, el libro ofrece asimismo curiosos perfiles de escritores muy cercanos como Cansinos Assens, Isaac del Vando, Manuel Chaves Nogales, Rafael Montesinos, Francisco Pleguezuelo o Jacobo Cortines. Y un conjunto de semblanzas de filólogos ya desaparecidos (López Estrada, Márquez Villanueva, Klaus Wagner...) de los que el autor de este libro guarda imborrable memoria y todo el afecto del mundo.