Prólogo y traducción de María Dolores Espinosa Sansano Este libro se propone describir la toma de posesión, en el sentido literal del término, de la persona del lector. Querría modestamente ¿pues el reto depende de la apuesta¿ dar cuenta de la conmoción progresiva y porfiada, del rapto ejercido casi sin saberlo por una obra semejante sobre su lector. La primera vez que leí con algún detenimiento el Quijote, mi asombro y mi irritación fueron aumentando al tiempo que progresaba la lectura. Cada vez más perpleja y desorientada por esta serie de aventuras aparentemente absurdas, me pregunté qué había podido originar la repercusión y la universalidad de esta obra. Sin embargo la seducción fue enorme y operó hasta tal punto que acabé la lectura de la novela totalmente conmovida, habiendo dado un giro de ciento ochenta grados sobre mí misma y sintiéndome por otro lado extrañamente implicada, pero sin llegar a discernir por qué. Decidí a mi vez dar rienda suelta a Rocinante y seguirlo, atenta a los ecos más remotos que sus andanzas a través de las llanuras de Castilla despertaran en mí. Ruth Reichelberg