Desde el calificativo de «ultrasatánico», que le dedicó Juan Valera, hasta la consideración actual de «poeta de la modernidad», Charles Baudelaire ha sido objeto de apreciaciones muy diversas por parte de la crítica española. Si la grandeza de un artista ha de medirse por la diversidad de juicios que ha motivado, no hay duda de que el poeta francés pertenece a los grandes de la literatura universal. Las distintas valoraciones que ha suscitado Las flores del mal en España nos dibujan a un Baudelaire poliédrico: un dandy decadente, anticristiano y provocador, pero también un poeta profundamente religioso que maldice a Dios por haberlo abandonado; un romántico inadaptado, que, sin embargo, se complace por momentos en la frialdad del verso parnasiano; un simbolista que, desde la pureza de la métrica clásica, anuncia el irracionalismo poético y marca el camino a los surrealistas. El presente trabajo estudia la evolución de la recepción de Baudelaire en España a través de una de las formas privilegiadas de reescritura: las traducciones españolas de Les Fleurs du mal. Como toda obra clásica, también esta ha sido un espejo en el que se han querido mirar las distintas generaciones de traductores, que han ido destacando sucesivamente aquella cara de Baudelaire en la que se sentían mejor reflejados.