Los salones literarios fueron una de las formas de socialización másimportantes entre las clases altas del siglo XVIII. Al frente de losmismos se encontraban una serie de mujeres a las que no se podríaclasificar de feministas en el sentido actual de la palabra, pero quesupieron aprovechar las bazas que les otorgaban los usos sociales para abrir las puertas de sus mansiones a pensadores, científicos oartistas e influir así decisivamente en el devenir de su tiempo.Coetáneas de la Ilustración, el movimiento social y cultural que abrió camino a las grandes revoluciones burguesas del siglo XIX, lasilustradas reivindicaron su condición de seres pensantes, reclamandosu derecho a formarse intelectualmente en igualdad de condiciones quelos varones y, sin duda, sembraron la simiente que eclosionaría en elfeminismo del siglo XIX. Las salonnières francesas, las bluestockingsinglesas, las salungërinden alemanas o las integrantes de la Junta deDamas de Honor y Mérito en España junto a sus congéneres italianas,portuguesas o latinoamericanas, pusieron sus salones al servicio delSiglo de las Luces y en o