Para permitirnos intuir el Reino y la aventura y el riesgo de la Palabra, Jesús emplea un lenguaje sencillo, concreto e inmediato. De ese modo, y gracias a unas imágenes que les son familiares, sus oyentes logran percibir las realidades más difíciles de entender. Esperanza cotidiana y poesía al unísono. En un mundo en el que parece primar lo aparente, lo espectacular y lo estrepitoso, la parábola del sembrador y las que le siguen pretenden hacernos conscientes de que las realidades decisivas tienen lugar en un contexto de pequeñez, escondimiento y silencio. Se trata de atravesar la corteza y adivinar la fuerza que actúa en lo más hondo. Debilidad y fuerza de la simiente. Lo importante permanece oculto a los ojos. Las transformaciones auténticas y decisivas se producen sin que aparentemente ocurra nada, sin concesión alguna a la curiosidad. ALESSANDRO PRONZATO, sacerdote y periodista, autor de más de cien obras traducidas a infinidad de idiomas (la última: ?La boca se nos llenó de risas?. Sentido del humor y fe, en esta misma colección) nos propone un mensaje fundamental: recobrar la alegría de sembrar, con la esperanza (y tal vez también con las lágrimas) de confiarse al largo plazo y la maduración lenta, sin preocuparse por obtener resultados inmediatos, sin necesidad de alardear de nuestros esfuerzos.