El tratamiento estético de la ciudad contempla esta como objeto a un tiempo de deseo y de repulsa. De la hostilidad arquitectónica a la social, política e histórica, la ciudad protagoniza la narración e interviene en el comportamiento de los personajes. La ciudad posmoderna, carente de eje temporal, se fragmenta en multitud de ciudades paralelas, llevando cada cual máscara diferente en un juego en cuya historia incluso la hostilidad se vacía de contenido. La ciudad moderna, ciudad de ilusiones, se convierte en la ciudad de las apariencias. Esta obra, constituida por la suma de artículos heterogéneos que surgen de la labor colectiva del grupo de investigación "La aventura de viajar y sus escrituras" (GILAVE), debe leerse como un recorrido por grandes ciudades. Así, París, Venecia, Madrid, Bucarest o Medellín, se recorren en un paseo-lectura que parte del desarrollo del modelo cultural de la "ciudad hostil", que permite analizar la relevancia sobre el discurso urbano, fundamentalmente en la ficción literaria, en función de los elementos recurrentes que subyacen en su organización.