Dirigida por Albert Serra (Banyoles, 1975) y galardonada con el Leopardo de Oro en el Festival de Locarno en 2013, Historia de mi muerte es una de las películas más importantes del nuevo cine europeo. Articulada alrededor de la contraposición de dos personajes antagónicos -Giacomo Casanova, la ilustración, la razón, el eros y la vida galante, frente al conde Drácula, el regreso romántico a la superstición, el instinto de muerte y el terror-, la obra es una reflexión alrededor de los mitos, las fuerzas viscerales que ordenan la noche y el eterno enfrentamiento entre razón y pasión. El rodaje de Historia de mi muerte, en localizaciones de Rumanía y la Provenza francesa, no fue particularmente tranquilo: el método de trabajo de Serra, una especie de autosabotaje permanente, está regido por una planificación precisa pero dubitativa y un espíritu anárquico que provoca a menudo situaciones imprevistas. Jaume C. Pons Alorda estuvo en ese rodaje y observó los sucesos peculiares e incluso grotescos que rodean el trabajo de Serra: la libertad de acción de unos actores no profesionales que oscilan entre lo cultísimo, lo silvestre y lo antipático, los accidentes cotidianos de un rodaje en tierra lejana, extraña e incomunicada y, sobre todo, la autoridad napoleónica con la que el director observa, ordena y desordena las piezas que dan forma a su creación final. Apocalipsis Uuuuuuuaaaaaaa se sostiene sobre una prosa bellísima para exponer, con ojos imparciales, un momento de alboroto, caos y creación libre. Tanto el texto como el proceso de filmación son hijos de los dos polos que cubren la atmósfera de la película: el racionalismo ilustrado y el salvaje espíritu romántico.