Con este libro el autor propone la incorporación de una serie de importantes textos vanguardistas al canon novelístico español de la primera mitad del siglo XX. Para valorar con mayor profundidad la narrativa vanguardista, el libro parte de un estudio detallado de los debates estéticos de la modernidad: importancia de la conciencia del presente, concepto de novela inorgánica y fragmentaria, y papel de la civilización urbana en las nuevas maneras de representación artística. Montajes y fragmentos examina también la relación existente entre dicha narrativa y el ambicioso proyecto modernizador llevado a cabo por Revista de Occidente.
El núcleo del libro lo constituye el estudio de Víspera del gozo (1926) de Pedro Salinas, Pájaro pinto (1927) de Antonio Espina y Cazador en el alba (1930) de Francisco Ayala. En la obra de Salinas se enfatiza la función del presente como el espacio apropiado para la reconstrucción artística del objeto ausente. En Espina se discute el establecimiento de una novela cinematográfica que desafía los modos narrativos del realismo. Finalmente, la obra de Ayala es analizada teniendo en cuenta el papel emblemático de la ciudad como sede del entusiasmo cosmopolita pero también de la angustia y alienación que la cultura urbana provoca en el sujeto de la modernidad.