La ciudad de Tijuana admite todas las versiones de identidad que se le adjudican porque todas contribuyen a su configuracion imaginaria, pero son apenas unas cuantas de estas, venidas desde el exterior, las que han objetivado la manera de percibirla: Tijuana como la capital del pecado; como un mero lugar-de-paso; como el principio (o el fin) de la mexicanidad; y acaso la version mas reciente, Tijuana como el gran ombligo de la posmodernidad humana y los procesos de hibridacion sociocultural que a esta le acompanan. La ciudad de una y mil mascaras examina la representacion de esta ciudad en las narrativas de cuatro escritores locales que han reclamado una vision propia de la misma. Narrativas que ofrecen versiones discursivas de Tijuana donde esta no se deja nivelar sin problematizar las tesis hegemonicas que han singularizado su caracter mediante fraseologia denigrante o glamurosos conceptos teoricos. Antes bien, la ciudad que revelan ante nosotros se reparte en diversos contextos de enunciacion que exponen una realidad que depende de las circunstancias especificas de cada individuo que habita en dicho espacio. Todo lo cual, a su vez, da forma a un escenario de multiples conductas, expresiones, valores y objetivos; un escenario por lo tanto diverso, dinamico, inestable y conflictivo.