Gijón es en los primeros años del siglo xx un hervidero de sociedadesculturales de diverso pelaje ideológico. Pero hay una que sobresaleespecialmente, en primer lugar por ser propiamente gijonesa sin apenas ramificaciones en otras ciudades, en segundo lugar, por aglutinar lahigiene y la cultura como sus dos focos de actuación, y finalmente por su carácter marcadamente solidario, con la práctica de la ayudamutua. Son las Sociedades de Cultura e Higiene, cuyo principalimpulsor fue Francisco Suárez Acebal. Dentro del amplio movimiento desociedades culturales obreras que florecieron en Asturias en losprincipios del siglo xx, la de Cultura e Higiene se asentófundamentalmente en Gijón (existieron también centros en Infiesto,Navia, Laviana, Quintes, Ciaño, Langreo y en El Entrego), consecciones hermanas en los diversos barrios del municipio entre las que no existían vínculos jerárquicos sino una relación de fraternidad ycolaboración. De ello da cuenta este libro.La Asociación Popular de Cultura e Higiene de Gijón se fundó en el año 1903 y con el paso del tiempo abrió más de una docena de sedes endiversos barrios