Israel es una democracia de corte occidental que descansa en una clara separación de poderes y un Parlamento del que procede el primer ministro; pero sus instituciones, el sistema electoral imperante y los partidos generan un juego político que refleja solo una parte de la realidad del país. Lo que marca su carácter distintivo son la inmigración, su definición como Estado judío y la existencia de una importante minoría de origen palestino, elementos que han derivado en una extrema división de su sociedad y que tienen un constante reflejo en su política. Como consecuencia, algunos factores propios del juego político israelí han tenido un papel decisivo en la evolución del proceso de paz con los palestinos, y han contribuido a su fracaso. Al establecer los Acuerdos de Oslo una negociación por etapas, su evolución estuvo condicionada por acontecimientos externos y la voluntad de los máximos dirigentes de ambos lados, que en el caso israelí cambiaba tras cada elección. Natalia Pérez Velasco es doctora por la Universidad Autónoma de Madrid, donde se especializó en Estudios Internacionales Mediterráneos. Allí leyó su tesis El sistema político de Israel y su impacto en el proceso de paz con los palestinos, que está en el origen de este libro. Es investigadora asociada en el Observatorio Político y Electoral del Mundo Árabe y Musulmán (OPEMAM); su principal línea de trabajo es la política israelí y, en concreto, sus procesos electorales. Periodista de formación, trabajó durante once años en el equipo de edición de CNN+ y, en la actualidad, es profesora asociada en Comunicación Audiovisual en la Universidad San Pablo CEU.