Este libro analiza y estudia el proceso histórico, los mecanismos culturales y los contextos sociopolíticos que condujeron a convertir a Calderón en icono representativo de un modo de entender el ser español asociado a valores propios del discurso ideológico del conservadurismo político. Sin embargo, Calderón no fue solo autor de obras teatrales contrarreformistas, alegóricas y sacras, muchas de ellas escritas por encargo, obsesionado por el honor y reflejo del pesimismo barroco de la España del XVII, sino también de un teatro complejo y contradictorio, profano además de religioso, político, preocupado por el individuo y el poder, crítico muchas veces con los valores de la sociedad de su época. La construcción de Calderón como icono de una cierta interpretación de la "identidad nacional" ha tenido lugar a lo largo de un proceso en el que han intervenido tanto quienes lo pretendían convertir en representación completa y excluyente de aquella como quienes se enfrentaron ideológicamente a esa exaltación, contraponiéndole una lectura enfrentada del mismo dramaturgo y oponiéndolo a otros iconos alternativos.