Bajo el citado título se recoge un estudio de la religiosidad cristiana en la Sevilla de la segunda mitad del siglo XV y principios del siglo XVI, realizado a partir de los Protocolos Notariales pertenecientes a este espacio temporal. La obra está dividida en dos grandes capítulos. En el primero de ellos, Los caminos del cielo, se analiza cómo vivían los sevillanos de fines del Medievo la religiosidad cristiana a través de sus distintas prácticas y creencias: los sacramentos; el año litúrgico y su observancia; el concepto que tenían de Dios, Cristo, el Espíritu Santo, María y los santos; sus inclinaciones devocionales; las advocaciones más extendidas, el ritual de la muerte; el Reino de los Cielos; la salvación eterna. A la gran institución eclesiástica regentada de forma casi absoluta por los laicos, las cofradías, está dedicado el segundo capítulo, en lo que se refiere a sus orígenes y fines, sus tipos y la adscripción a ellos del centenar de cofradías existentes en Sevilla en el periodo acotado; su esquema de gobierno y el funcionamiento del mismo; los cofrades y cofradas; las actividades cultuales; y, especialmente, el patrimonio cofrade en cuanto a los negocios a los que fueron sometidos, la naturaleza de esos bienes, su localización en la ciudad, y las rentas que generaban. A partir de estos beneficios se pone de manifiesto el importantísimo papel de las cofradías en el sistema benéfico-asistencial sevillano, que dispensaban en el centenar de hospitalitos dispersos por toda la ciudad.