Publicado por el Área de Cultura de la Diputación de Huesca con la colaboración del IEA. Cuando se cumplen doscientos años desde que Fernando VII aboliese la Constitución de 1812, se abordan en este libro tanto los contenidos sociales aprobados en las Cortes de Cadiz y reflejados en ese texto como las esperanzas populares desatadas en la demolición de aquel absolutismo de trono y altar con raigambre feudal (Juan Sisinio Pérez Garzón). Y precisamente de la importancia de la religión, en concreto de la censura religiosa en la ley de libertad de imprenta (1810) de las Cortes de Cádiz, trata el capítulo firmado por Emilio La Parra, mientras que Javier Fernández disecciona la estructura formal de la Constitución y reflexiona sobre sus principales contribuciones en materia de división de poderes, soberanía y representación. Alberto Sabio ofrece una taxonomía política de los diputados aragoneses presentes en las Cortes según las ideas que defendieron y en función de su trayectoria vital tras la restauración absolutista de 1814. Se ahonda también en la figura de Victorián de Villava, profesor en la antigua Universidad de Huesca, precursor de muchas ideas plasmadas en 1812 y autor de enorme influencia en las constituciones americanas de aquellos años. La sublevación de Riego y el retorno de la Constitución de 1812 tuvieron un relevante impacto allende las fronteras españolas, como revisa finalmente Alberto Gil Novales, quien analiza la vigencia de esta durante el Trienio Liberal, con Riego convertido en vida en ""el hombre que se atreve"" y transmutado en mito tras su muerte.