Una interpretación sistemática de la Constitución lleva a concluir que el Gobierno es más que un poder ejecutivo y que su actividad no puede ser libre, sin sujección ni contro alguno, de manera qie dirección política no es " función de gobierno " . Como actividad normada, la dirección política se ejerce desde la Constitución por medio de los múltiples instrumentos que ésta concede al órgano gubernamental. Por su parte en el seno del Gobierno la preeminenci del Presidente le configura como un auténtico " director de los que dirigen " . En este libro se lleva a cabo un tratamiento del Gobierno desde las premisas anteriores, intentando superar una visión exclusivamente administrativa del mismo. Reconociendo la dificultad de uan juridificación absoluta de la actividad gubernamental, se apuesta por ella -sin negar la diferencia entre política y derecho-, como una aspiración coherente con la vinculación a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico que consagra el artículo 9.1.