La trama de esta novela de ficción discurre por contados meses de la segunda mitad del siglo XVIII, el llamado también Siglo de las Luces, en el que acontecieron algunos significativos hechos contemplados aquí. Queda aún mucho tiempo para que la ciencia criminalista haga su aparición. No por ello, una metódica, reflexiva y firme mujer conmovida por un trágico suceso familiar, sirviéndose del sentido común y sencillas armas de la lógica, emprende su particular y peculiar investigación, que es origen, trama e hilo argumental de esta novela. Entorno a la absorbente intriga central giran secretos, intrigas y ambiciones, los cuales en unos personajes alcanzan la dimensión de inconfesables y en otros sólo son sanos e ingenuos deseos que acaban cumpliéndose. Algunas manifestaciones y descripciones muestran simbólicas connotaciones impresionistas, careciendo siempre de la intención de herir e insultar.