Dentro del panorama literario español, ANTONIO PEREIRA es uno de los máximos y mejores cultivadores de la narrativa breve. Espléndida muestra de ello son los relatos reunidos en EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO, que juegan con lo imprevisible y nunca se agotan en su punto final. El inesperado y sutil derrotero en que desemboca la acción en el cuento que da título al volumen da paso, entre otras varias piezas brillantes, a «Casa de niñas en Acapulco», transida de ironía y un suave erotismo, «El gobernador», donde se muestran jocosas transparencias de la vida pública en la Dictadura, «La hija del general», relato pleno de amor y ternura, o «Truman Capote cuenta un cuento», en el que podemos ¿oír¿ al autor de «A sangre fría» relatarnos una historia inolvidable. En esta misma colección: «Cuentos» (L 5031), de Pío Baroja; «La gran temporada» (L 5012), de Fernando Quiñones; «Cuentos completos» (L 5056), de Carmen Martín Gaite; «Viejas historias de Castilla la Vieja» (L 5045), y «La mortaja» (L 5058), de Miguel Delibes.