El presente trabajo trata sobre un pleito que pasó ante la Real Chancillería de Valladolid entre los herederos del cantero vasco Juanes de Lascoain, también conocido como Juanes de Irún Iranzo, por ser éste su lugar de origen, y el cantero abulente Juan Campero III, uno de los más activos maestros de este foco, cuyo radio de acción se extendía también hacia las actuales provincias de Valladolid, Madrid y Toledo. Al morir Juanes, los herederos de éste reclamaron a Campero una estimable cantidad de dinero que le había dejado a deber con motivo de la construcción entre 1541 y 1543 del remate de la torre de la iglesia de Santiago de Ávila. Gracias al mismo se puede profundizar en interesantes aspectos de las relaciones entre maestros de cantería, sus métodos de trabajo y sus relaciones sociales. Al mismo tiempo, son las primeras noticias que se tienen del maestro vasco, desconocido hasta el momento de esta publicación. Aparecen documentadas otras obras de Juan Campero, como la iglesia de Cadalso de los Vidrios (Madrid), la iglesia de Muriel de Zapardiel (Valladolid) y los arreglos en el puente de Talamanca del Jarama (Madrid), en cuya obra trabajó Juanes de Lacoain antes de morir en esta localidad.