Resulta instructivo observar -comenta Adam Parfrey, recopilador de esta insólita antología- que no hay nada en Cultura del apocalipsis que sea ficción; la realidad ha adquirido un tono tan calamitoso y fantasmagórico que ficcionalizarla resulta superfluo». En efecto, Parfrey ha resucitado la verdadera función de la literatura apocalíptica: «revelar» una realidad desastrosa que no se corresponde con la tranquilizadora cotidianidad que la sociedad occidental pretende haber construido a nuestro alrededor. Así, Cultura del apocalipsis presenta una amplia selección de textos -muchos de ellos inéditos, otros publicados en medios underground, en fanzines y prensa radical- que, más allá de la variedad de sus propuestas, cuestionamientos y reflexiones, revelan un pensamiento apocalíptico común, nacido a contracorriente de las grandes avenidas del Pensamiento único. En este delirante cajón de sastre encontraremos confesiones y artículos sobre asesinos en serie condenados considerados como «artistas», teorías conspiratorias posibles e imposibles, ideólogos religiosos del integrismo, esoteristas posmodernos, teóricos de la catástrofe y esquizofrénicos paranoides expertos en cuántica, historiadores revisionistas, necrófilos, pornógrafos, conocedores de las religiones chamánicas y autoridades desconocidas en escatología judía e islámica, visionarios de las drogas y defensores del suicidio o la eugenesia. Parfrey ha reunido estos textos, muchos de ellos con visiones opuestas entre sí, en un intento de mostrar el cariz, predominantemente apocalíptico, de buen número de movimientos y francotiradores de la contracultura norteamericana de los últimos años.