Distanciados por una pequeña franja de mar no superior a quice kilómetros, los vínculos entre España y Marruecos no son precisamente nuevos, pero han sido ciertamente en los últimos tiempos cuando han cobrado especial significación económica. El comercio en tre ambos países no ha dejado de crecer en los últimos años. El 15% del conjunto de los intercambios de Marruecos se han materializado en 2006 en España. La presencia inversora de empresas españolas no es menos destacable. Aunque reciente, son numerosas las que mantienen intereses directos en marruecos. Sectores como el inmobiliario o el turístico son sin duda relevantes, pero también el energético y, desde luego, el bancario, han extendido su implantación en los últimos años. Ambas partes comparten el interés en que la eocnomía de Marruecos mantenga su tendencia de crecimiento en la renta por habitante, amparada en crecimientos de la producción y el empleo. Con datos del FMI, desde 2001 esa economía ha registrado una tasa de crecimiento medio anual del PIB del 5,4%. Las razones de esa mayor expansión no pueden pasar por alto a las empresas españolas: una mayor diversificación hacia el sector no agrícola, sobre la que descansan las buenas perspectivas a medio plazo para el conjunto de esa eocnomía. Resulta, por tanto, particularmente oportuno el presente trabajo sobre Marruecos, promovido por dos de las entidades financieras más comprometidas con el acompañamiento a sus clientes en sus proyectos internacionales, como son la Caja del mediterráneo (CAM) Y el Banco Marroquí de Comercio Exterior (BMCE Bank). En 2007, estas dos instituciones sellaron su alianza, definiendo como principal prioridad una mayor proximidad y apoyo a los clientes con intereses en el desarrollo de las relaciones económicas entre ambos países. Esta obra es uno de los primeros frutos de esta colaboración cuya vocación es abordar, a modo de guía empresarial, las principales claves de la eocnomía de marruecos y de su mercado.