A mediados de los años 70, cuando se hizo evidente que la economía mundial había entrado en una crisis general de larga duración, fueron muchos los que creyeron que había llegado la hora de un paso adelante de la izquierda, en el terreno ideológico y de la política. A comienzos de los años 80, por el contrario, el marxismo había perdido toda credibilidad en países (como los de la Europa latina) en los que hasta entonces había sido la ideología más vigorosa, y la nueva derecha estaba a la ofensiva no sólo en el terreno de las ideas, sino también en el de la política cotidiana. A lo largo de esta década la izquierda ha aparecido arrinconada contra las cuerdas, y donde se ha mantenido o ha llegado al gobierno ha debido soportar la crítica de ser sólo una izquierda domesticada, gestora de los intereses del capital. Este libro comienza con un ajuste de cuentas con el marxismo clásico, desde el convencimiento de que el pensamiento de Marx, en su unidad originaria, no ofrece respuesta a1os problemas actuales, pero señalando en qué aspectos mantiene su vigencia y sigue siendo patrimonio de la izquierda. Desde esta perspectiva teórica se revisan la historia de la lucha de clases en los países industrializados y la crisis ideológica de la izquierda, y se traza un horizonte de posibilidades para desarrollar un proyecto de izquierda ante la descomposición de la utopía marxiana, la decadencia de los partidos que tomaban como punto de referencia la revolución soviética, el carácter ante todo defensivo de las luchas sindicales y la emergencia de los nuevos movimientos sociales. No es un libro complaciente con los viejos mitos de la izquierda, pero tampoco un libro desencantado: su punto de partida es la necesidad de un rearme político e .ideológico de la izquierda que le permita recuperar la iniciativa tras el diluvio neoconservador.