Dos géneros literarios están ganando últimamente un gran espacio entre editores y lectores: los libros biográficos o autobiográficos y las entrevistas a autores conocidos. Las razones son múltiples. Están relacionadas con las críticas socráticas al texto escrito: este no responde a las preguntas que suscita. Pero, además siempre deseamos conocer el trayecto existencial de un autor, su formación sus éxitos y sus contradicciones existenciales. Siempre creemos que sus vidas son más ricas en acontecimientos que las nuestras y que, con la entrevista o la (auto)biografía, podemos acceder a sus pensamientos más recónditos y tal vez entender mejor la mente de un creador y, por extensión, su obra. Por este motivo, como señala la autora, no siempre la entrevista y el entrevistador son bienvenidos. Las palabras de A. J. P. Taylor al escritor indio Ved Mehta, su entrevistador -<>-, son un ejemplo significativo de lo difíciles, y a veces poco amistosas, que resultan las relaciones entre entrevistador y persona entrevistada. A nadie le gusta verse forzado a exhibir su intimidad, y mucho menos la de su mente. Este, felizmente, es un libro de entrevistas en el cual, a pesar de que su autora ha buscado con éxito mostrar no sólo al entrevistado, sino también a la persona que hay detrás de la obra, no se han producido víctimas y con ello nos beneficiamos todos, al haber tenido la oportunidad de conocer desde más cerca figuras humanas como Jack Goody, e intelectuales de la talla de Keith Thomas, Natalie Zemon Davis y los demás aquí presentes. Los lectores, sean especialistas o apenas amantes de la historia, de la antropología y de las ciencias humanas en general, al término de su lectura no dejarán de tener el sentimiento de que aún es una buena inversión intentar conocer a las personas.