Si hay algo fundamental ¿en el sentido de inicio, de origen¿ son, desde luego, las palabras con las que poder nombrar sin trampas nuestro lugar y nuestro ser en el mundo. Pero también son fundamentales ¿en el sentido de importantes¿ porque las palabras son la herramienta que tenemos para relacionarnos las mujeres y los hombres. Ya tenemos muchas palabras verdaderas resignificadas desde el amor en otros ámbitos de la vida, como, por ejemplo, en la educación o en la historia, pero hace aún mucha falta nombrarnos en el trabajo.
Este libro nos regala palabras preciosas. Y lo hace de la forma más libre posible: a través de los testimonios y las historias de trabajadoras que han sentido el desasosiego de no encontrarse en el mundo del trabajo y la grandeza también de hacerse un hueco, de ser ellas mismas en relación y con el soporte de otras mujeres.
Las editoras-autoras, como ellas mismas se definen, recogen esas historias y las ordenan manteniéndolas vivas y abiertas a cualquier otra experiencia u aportación personal. Los textos están llenos de preguntas y de dudas que reflejan la intencionalidad de crear un diálogo de reconocimiento recíproco con las lectoras y los lectores, de decirnos que éste es un viaje abierto en el que estamos juntas y en el que cada una y cada uno tiene su lugar desde la libertad.