Antonio Ortega (Gijón, 1903-Caracas, 1970), narrador, periodista y biólogo. Fue uno de tantos intelectuales españoles que vio truncarse su carrera literaria y profesional como consecuencia de la Guerra Civil. En su juventud sus narraciones obtuvieron premios convocados por revistas madrileñas. Hombre de ideales progresistas, al ocurrir el alzamiento militar de 1936 se mantuvo fiel al gobierno legítimamente constituido y en su ciudad natal se desempeñó en el cargo de Consejero de Propaganda del Consejo de Asturias. Cuando esa región capituló, escapó de la represión franquista en una embarcación que halló abrigo en un puerto francés. Deseoso de continuar la resistencia, retornó a España y al final de la contienda ocupaba el puesto de Ayudante del Comisario General del Ejército de Tierra. Ante la ofensiva final rebelde volvió a buscar refugio en Francia. Semanas después logró trasladarse a La Habana, donde se dedicó al periodismo, primero como redactor de la revista Bohemia y más tarde como su Jefe de Información. En 1954 pasó a dirigir el semanario Carteles. En cuanto a su producción literaria de esos años, escribió un número reducido de cuentos, pero todos ellos de una innegable calidad. Ortega logró forjarse un estilo y pulir su prosa sin dejar nunca de prestar atención a la hondura humana de sus personajes. Sobre ellos cae un caudal de ternura que sin embargo no peca de sentimentalismo. «Chino olvidado», su cuento más valioso, es un buen ejemplo de esa peculiaridad de su producción literaria, que en forma de libro abarca la novela Ready (1946), el volumen Chino olvidado y otros cuentos (1959) y, en colaboración con la escritora cubana Anita Arroyo, el texto para «chicos y grandes» El caballito verde (1956). En 1960, ante la inminente implantación en la Isla de un sistema comunista, emprendió otra vez el camino del exilio. En Caracas, donde se estableció, formó parte del equipo de realizadores de Bohemia Libre. Poco después se vio obligado a desempeñar humildes empleos y llevar una vida llena de restricciones. Pero no abandonó la creación literaria y, en 1969, su cuento «Lauri» se alzó con el primer premio en el concurso convocado por la revista Lena, de la localidad asturiana de Pola de Lena. Al año siguiente falleció, pobre y olvidado. En el actual proceso de recuperación de la importante obra literaria producida por los escritores españoles exiliados, Antonio Ortega merece un sitio bien ganado por sus relatos breves. La calidad que ostentan es incuestionable y hoy llegan hasta nosotros sin haber perdido su frescura. Jorge Domingo Cuadriello (La Habana, 1954). Es investigador literario del Instituto de Literatura y Lingüística de La Habana.