La prueba constituye un elemento esencial de la actividad judicial y precisamente en la jurisdicción contencioso-administrativa presenta caracteres especiales que por lo general han sido obviados. A tal efecto el autor examina las cuestiones prácticas de la prueba a partir de sus presupuestos constitucionales, tanto españoles como europeos, de su configuración legal, especialmente a raíz de la implantación en 2009 de la nueva oficina judicial, y de su aplicación cotidiana por los tribunales. El estudio lo aborda un juez contencioso-administrativo que haciendo gala de su experiencia se ocupa de los aspectos más notables de la proposición, de la práctica y de la valoración de la prueba. Por esa razón, los destinatarios naturales de este ensayo son los jueces y los abogados que diariamente deben actuar en el foro y que deseen saber no solo las soluciones interpretativas más razonables de los problemas prácticos que les surjan, sino también su estructuración y su fundamentación jurídica última.