La obra que el lector tiene en sus manos, para muchos la creación mástrascendente de Eunice Odio, combina la deslumbrante belleza de laforma con una densidad simbólica aquilatada por su vasto intertexto.Como Roland Barthes dice acerca del texto de goce, esta obra obliga al lector a levantar la cabeza con frecuencia, como quien está a puntode desentrañar algo que siempre está más allá.A fin de acompañar al lector en la aventura que propone El tránsito,hemos incluido en esta edición dos aportaciones que pueden resultarlede utilidad. La primera es de Peggy von Mayer, quien, a modo depórtico, brinda un panorama sobre la figura de nuestra poeta, queabrazó la poesía como un «destino implacable», misión de amor hacia la humanidad con la que necesita compartir la revelación de lasacralidad del universo. En segundo término y a modo de colofón, ellector encontrará una sustancial mirada en el trabajo de Graciela S.Tomassini, quien propone que la naturaleza simbólica de El tránsito,abierta a plurales dimensiones de sentido, ofrece múltiplesposibilidades de construcción temática.