El Yo en el Salón de los espejos es una completa aventura, es un viaje al interior de nosotros mismos que nos lleva a recorrer cada rincón de nuestros pensamientos, actitudes, comportamientos y emociones que se generan a partir de las experiencias de vida que tenemos, de una manera amena, coloquial, divertida, sin embargo profunda y directa, es una deshojar a su paso cada capa de la cebolla hasta llegar a cada hipocentro. Es un ''vernos'' en el espejo del alma, ese espejo tan múltiple que se hace infinito, ese que nos dice lo que ocultamos, lo que negamos y también lo que aceptamos de nosotros mismos. Es un despertar y volver a despertar, es una invitación, casi una provocación a aceptarnos tal como somos y no como queremos ser o como queremos que nos vean, por eso, cada capitulo es un morir y un renacer. A lo largo del libro se entremezclan conceptos y técnicas de Gestalt, incluso psicodramáticas, por ello el toque de Gestalt es ''natural''.