El trabajo de Niklaus Troxler está impregnado de su pasión por la música y, más específicamente, de su pasión por el jazz. Conocido internacionalmente como artista gráfico, también es el director del Jazz Festival de Willisau, en Suiza central, que fundó en 1975. Diseña los carteles para este encuentro anual y también coordina la programación de los conciertos. Verdaderamente libre en su arte, Troxler se ve empujado por una necesidad compulsiva de inventar y se deja llevar por la música que se encuentra en el origen de su inspiración. Lo que pretende es complejo, dibujar a partir del ritmo y la melodía para crear transposiciones artísticas innovadoras. Mientras se da el lujo de encargar su propio trabajo, también tiene el problema de tener que enfrentarse a la página en blanco. Sus imágenes están hechas para ser leídas, vistas y ¿oídas¿. Son muy distintas de los productos de diseño prevalecientes en nuestro entorno visual. El placer que encuentra en crear formas, la poesía de sus imágenes y la calidad de su experimentación revelan la mano inconfundible de un verdadero artista visual. Su enfoque está muy alejado del de los diseñadores gráficos que trabajan en un medio de artes aplicadas.
El trabajo de Niklaus Troxler es atrevido, a veces incluso desconcertante. Cubre un amplio abanico de formas dinámicas, caracterizado por su inclinación a correr riesgos, la efusión óptica y un impulso por experimentar.