Un estimulante ensayo sobre los cambios que el auge de la tecnología está operando en el ser humano... y los aún por llegar. Descartes creía que los organismos vivos son máquinas biológicas, sometidas como cualquier otra entidad física a las leyes del universo. Los seres humanos, en cambio, seríamos diferentes, poseedores de libre albedrío. Pero Rick Deckard, el protagonista del clásico Blade Runner, tenía serias dificultades para distinguir a un «replicante», un robot biológico, de un ser humano, y así no equivocarse a la hora de «retirar» (eufemismo de matar) a las «entidades electrónicas». Cuando Isaac Asimov se planteó cómo sería la relación entre humanos y máquinas, comprendió que a medida que los robots se hiciesen más complejos y les encargásemos más tareas antes en manos humanas, habría que dotarles de ciertas reglas morales «innatas» o programadas de serie. De lo contrario, podrían ser peligrosos en su relación con los seres humanos. Pero las leyes asimovianas -las famosas tres leyes de la Robótica- adolecían de errores de planteamiento que científicos como David Woods y Robin Murphy han puesto de relieve posteriormente. En este formidable ensayo, imprescindible para entender el futuro que nos aguarda, Santiago Navajas -autor de títulos tan precursores como Manual de filosofía en la pequeña pantalla o De Nietzsche a Mourinho. Guía filosófica para tiempos de crisis- ahonda en los peligros (¿reales o imaginarios?) que acechan tras la globalización de la tecnología y razona que, si anhelamos una evolución del ser humano que vaya más allá de la propia naturaleza humana pero sin caer en la hybris del Dr. Frankenstein, debemos situar al homo tecnologicus siempre un paso por detrás del homo ethicus. «Santiago Navajas escribió un ensayo como para Nobel, De Nietzsche a Mourinho.» MANUEL JABOIS