Este es uno de esos libros que valen mucho más que su precio y que interesará no sólo a especialistas sino a cualquier lector curioso. Contiene la historia de un inventillo que redimió al ser humano de la fatigosa tarea diaria de golpear una piedra con un trozo de hierro hasta que saltara una chispa esquiva que quisiera prender en un inmediato material combustible para obtener la llama; así como la de los cambios sociales, empresariales y laborales que esta industria produjo. Pero es más: en su afán por hacer atractiva la cajita en que se expendían los fósforos y cerillas, los fabricantes incorporaron, desde antes de 1840, unas atractivas etiquetas, que envolvían totalmente el envase. Éstas despertaron un inmenso interés en los compradores que, por primera vez, pudieron ser poseedores de multitud de imágenes diferentes por poco dinero. Un universo de imágenes cambiantes -los chistes pícaros, los pasatiempos, la sátira política, los sucesos del día, escenas costumbristas, la situación de la guerra carlista
- acompañaban a los cada vez más imprescindibles fósforos, dando lugar al fenómeno del primer coleccionismo popular. Esta obra se consagra a la historia de las fábricas españolas de fósforos y cerillas y al estudio de un conjunto de casi mil etiquetas, iconografía menor que aporta así por primera vez hoy toda su potencialidad al servicio de la interpretación histórica