Esta breve aproximación a la producción de Magdalena de Santiago Fuentes nos muestra una vida dedicada a la educación sobre todo, pero igualmente impregnada de las inquietudes sociales que el momento exigía. La simple enumeración de los títulos de su amplísima obra científica nos acerca a una conquense que desarrolla su quehacer en el ámbito de la docencia, en el que ocupa lugar destacado, tanto por su labor directa en las aulas como por sus obras pedagógicas y de creación. Algunas de ellas gozaron de enorme aprecio, como lo demuestran las ediciones que de las mismas se hicieron. Valga como muestra las veintinueve alcanzadas, entre 1899 y 1943, por su obra La Escuela y la Patria.La obra que presentamos tiene como finalidad rescatar un nombre acreedor, al menos, de recuerdo y reconocimiento. La lectura de sus obras formaría parte de esa consideración que, creemos, se merece. Y, posiblemente, el lector se sorprenderá con algunos rasgos de su personal estilo. Aún en el caso de que esto no sucediera, se habría logrado, al abrir sus obras, dar vida en el recuerdo a una mujer que luchó denodadamente por elevar el nivel cultural de su país con los medios que tuvo a su alcance: la educación y la literatura que se convierten en el rincón personal desde el que emprende su lucha contra la situación en la que se encontraba la fémina, sobre todo, en el momento en que le tocó vivir.