En un vertedero de la Habana aparece el torso de una mujer sin cabeza. Rodríguez Pachón -un veterano policía desencantado, lector de Faulkner y Hemingway, y devoto del viejo cine negro norteamericano- se hace cargo de la investigación auxiliado por el joven Vladimir. Dos agentes de generaciones muy diferentes que habrán de bucear en un submundo caribeño que nada tiene que ver con el paraíso prometido en las agencias de viajes. Entre el son, las jineteras, los mojitos y daiquiris y los viejos palacios desconchados se desarrolla esta intriga policiaca, a través de una vorágine de violencia y camino de un final tan sorpresivo como inevitable. José Luis Muñoz pinta en Último caso del Inspector Rodríguez Pachón, que obtuvo el IV Premio de Novela Corta Diputación de Córdoba, el retrato colorista de una de las ciudades más hermosas y sensuales del mundo, pero acercándose -dijo Javier Rioyo, miembro del jurado- "con sinceridad a su situación actual, reflejando esa doble moral que impera en la ciudad".