A diferencia de otros fenómenos naturales, el atardecer tiene unacapacidad de fascinación única. De Turner a Goethe, de Strauss aVelázquez, de Juan Ramón Jiménez a Nietzsche, de Monet a cualquierotra persona anónima, son capaces de intuir el poder evocativo ysolemne del momento en el que el sol se despide de todos nosotros.Pero ¿qué es en sí este prodigio diario ¿Qué nos ocurre en supresencia ¿Por qué sigue siendo el telón de fondo de centenares demiles de fotografías, calendarios o espacios publicitarios cada año El autor, en un recorrido por los distintos rincones y épocas de laTierra, indaga en las representaciones de este milagro cromáticoesencial para las leyendas, religionesy civilizaciones de la Historia. Y lo hace con un intento decomprensión científica y antropológica de la maravilla, pero tambiénmediante un rastreo por todas las manifestaciones culturales que sehan rendido ante él, junto a testimonios de exploradores y creadoresde todos los tiempos, por encima de los cuales destaca Claude Lorrain, súbdito del verdadero Rey Sol, el virtuoso que hizo del atardecer larazón de su pintura con un espectáculo que jamás ha sido superado.