De regreso a Da Ju Ting, cuna de los Mo Zhe, Ge Li es recibido con tanto desprecio por unos como con secreto fervor por otros. Las disputas internas que aquejan el seno de la organización es la consecuencia del nuevo rumbo que Xue Bing ha marcado para Mo Jia. La fidelidad de Ge Li a los principios que lleva por bandera un Mo Zhe y su actitud desafiante ante la autoridad de Mo Jia, a quien había desobedecido abiertamente para proseguir la defensa de la ciudad de Liang, serán sopesadas por los Si Bo Ji, los cuatro oficiales que asisten al líder máximo, Tian Ju Zi, para dictar el castigo. Xue Bing trama la muerte de Ge Li, y éste acabar con la podredumbre que, a su juicio, se ha instalado en Mo Jia por culpa del primero. Curiosamente, en su propio hogar y por defender los principios que preconiza Mo Jia, Ge Li verá peligrar su vida. Entre la espada y la pared, no le quedará más remedio que emplearse al máximo para seguir vivo.