La energía eléctrica es uno de los elementos principales para el desarrollo económico de la sociedad. Con el rápido crecimiento de la economía basada en el conocimiento, la expansión generalizada de los dispositivos electrónicos se han convertido en fenómeno imparable a todos los niveles: público y privado. Su idoneidad para realizar diversas funciones, como el almacenamiento, gestión, procesamiento e intercambio de datos e información digital, los ha convertido en elementos clave para las TIC. La propiedad más destacable de la electricidad es que sus características dependen a la vez del productor, del distribuidor, de los fabricantes de equipos y del usuario final. Así bajo el paraguas de ""calidad de la energía"" se incluye una amplia terminología, que trata de establecer definiciones y límites admisibles, en un escenario común para el consenso.