El retablo del siglo XVIII en Jerez de la Frontera (Cádiz) se sitúa en una destacada posición dentro del ámbito andaluz por la cantidad y la calidad de las diferentes piezas y el interés de las figuras de los principales artistas. Con este estudio monográfico se ha intentado ofrecer una visión lo más completa y actualizada posible sobre este asunto, con una especial atención a las cuestiones sociológicas y a la revisión y profundización en autores y obras. El libro se ha dividido en un total de tres grandes apartados. En el primero se valoran los factores profesionales y sociales que afectan a los retablistas locales. En el segundo se tratan aspectos generales del retablo: los materiales, la policromía y la iconografía. Finalmente, la última parte busca esclarecer la evolución que sufre el retablo durante el setecientos a través de cuatro capítulos: ""La culminación del retablo salomónico"", ""El estípite"", ""El Rococó"" y ""El epílogo neoclásico"".