Miguel de Molina es hoy una figura indiscutible de la cultura española, de su arte musical y escénico, además de estar a la cabeza de los creadores del género de la copla junto a Angelillo, Rafael de León, Concha Piquer, Manuel Quiroga o Salvador Valverde. Pero no siempre fue así. Tras triunfar y llegar a lo máximo en el periodo de la República, con la llegada de la guerra civil y la dictadura, todo se truncó en su vida y pasó a un largo exilio y al letargo en España. Su independencia artística y personal, su abierta homosexualidad y la simpatía por la República hicieron que se le maltratara en el mundo de espectáculo, que varios personajes relevantes, identificados con nombres y apellidos, le secuestraran y apalearan en 1939. También se le confinó en Cáceres o Buñol, se le prohibió trabajar en España y se le forzó al exilio. Mientras desarrollaba una gran carrera artística en América, su forma de vida y su condición sexual hicieron que de nuevo sufriera persecución en Argentina con detenciones y la expulsión del país. En México fue boicoteado por Jorge Negrete y Mario Moreno Cantinflas. Estos y otros muchos hechos, como sus amores, su relación con Lorca, sus fiestas; alimentaron su leyenda. Miguel de Molina lo dejó todo desvelado en esta autobiografía que tiene tanta fuerza y dramatismo como la más apasionante de las novelas.