Conocimos a F. a través de un amigo que acababa de pasar un período muy difícil: entre otras cosas cogió un herpes en un ojo que le dejó sin visión y que nadie era capaz de curar, gracias a esto también perdió el trabajo. Estuvo un año yendo de médico en médico y el herpes seguía incluso en aumento. Un buen día visitó a F., la cual, además de tocarle, le dio un agua que ella prepara y le dijo que se la aplicara en el ojo. De un día para otro su herpes desapareció y a fecha de hoy sigue sin aparecer (han pasado ya unos cuantos años). Nosotros fuimos testigos de su curación, puesto que durante todo este tiempo le habíamos visto con el problema y de repente estaba tan bien. Este testimonio de primera mano nos motivó para ir a conocerla y pudimos comprobar que es una persona excepcional: sencilla, discreta, humana y abierta. No presume de nada, aunque ha curado a cientos de personas -dice que ella no cura, que es Dios quien lo hace-. En este libro nos narra sus experiencias, no ha querido que figure su nombre completo, sólo sus iniciales, pues, como ella misma dice: ""Mi intención no es presumir de nada ni alcanzar fama ni gloria, lo único que pretendo es compartir mis experiencias con todo el mundo y dar el mensaje a la Humanidad de que el Mundo Espiritual es una realidad"".